El perdón de fin de año


Todos los años al finalizar el año, nos deshacemos de objetos que ya no usamos, movemos muebles , limpiamos cada rincón del nuestros hogares y preparamos copiosas  cenas. 

Son muchas las acciones asociadas al 31 de diciembre, pero hay una que resulta menos común de lo que debiera: el perdón de fin de año.

Minutos antes de que se termine el año, es necesario perdonar, trasmutar y disolver todo lo negativo del año que se termina. 

Si uno celebra lo bueno sin redimir aquellas cosas negativas tales como odios, rencores, situaciones difíciles que hemos vivido, esa alegría se disuelve fácilmente, por eso es necesario el uso del Perdón de Fin de Año.

La cuestión no está en perdonar a los demás porque nos han hecho daño, sino en perdonarnos a nosotros mismos. 

Es momento de renovar el perdón hacia nosotros mismos para liberarnos y permitir que entre en nuestra vida todo aquello que nos está esperando, porque somos nosotros los que permitimos que algo o alguien nos afecte o nos lastime. 

Nada sucede con la intención de fastidiarnos, simplemente pasan cosa y cada uno decide si le afectan o no.





Nos  gustaría compartir con vosotros ésta "Oración del Perdón". Para limpiar lo viejo que hayamos podido acumular durante el año.

Este ejercicio lo puedes realizar minutos antes de despedir el año, o si lo prefieres en cualquier momento del último día del año que tengas tranquilidad y así lo desees. 

Deja pasar un pequeño espacio de tiempo entre cada uno de los pasos para visualizar e integrar con consciencia todo aquello que surja. 

Se puede hacer de forma personal o con más personas, si así lo decides. Es muy importante liberarse de ataduras, culpas, dependencias, lastres, dolor y sufrimiento que éstas traen consigo.

Rubén Cedeño, conferencista internacional venezolano y discípulo de la maestra Conny Méndez, en su libro “Espíritu de la Navidad” aconseja que minutos antes de que termine el año es menester “perdonar, trasmutar y disolver lo nocivo del año que se termina.

Perdón de Fin de Año. Extracto del Libro “Espíritu de la Navidad” de Rubén Cedeño

"Yo, consciente de mis actos, y asumiendo el control de todo lo que "YO SOY", borro de mi subconsciente y del registro etérico, todo récord y memoria de cada suceso discordante que haya vivido este año.

Perdono de todo corazón y olvido para siempre, todo disgusto, agravio, deuda, desamor, irritabilidad, agresión, traición, maledicencia y odio que me haya causado cualquier ser humano, situación o cosa.

A todos aquellos que se hayan ido de mi lado para otro grupo, trabajo, partido o círculo de amistades, lo suelto y lo dejo ir sin reclamarle nada, dándole la plenitud de mi amor para Bendecirlo y prosperarlo donde quiera que se haya ido y donde esté.





Renuncio con toda la entereza que mi ser tiene a todo apego de objetos, situaciones, posesiones y, sobre todo, personas. 

Declaro que nada ni nadie me ata a nada, y YO SOY libre, pero completamente y absolutamente libre, para entregarme, ampararme y refugiarme en mi Yo Soy..

 Borro, borro y borro todo aquello que me haya sucedido en este año que no sea un escalón dentro de mi proceso de ascensión, y hago desaparecer de mi vida todo obstáculo que me impida volar hacia la libertad, que es el estado natural de mi ser..

Cubro cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes de este año que concluye con la brillante y resplandeciente sustancia de la Llama Violeta para borrar toda energía mal calificada, y ahora lo envuelvo todo con la incandescente brillantez del fuego Blanco de la Ascensión. 

Libre de personalidad, ego, pasado, memoria y mal karma, entrego mi Corriente de Vida al Servicio Único de la Luz, hasta alcanzar la eternidad "  


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