Besar el tercer ojo

El tercer ojo u ojo interno es un concepto místico y esotérico que hace referencia a un hipotético ojo invisible o vórtice energético y etérico que proporcionaría una percepción más allá de lo que se podría percibir con la vista ordinaria.





En ciertas tradiciones espirituales dhármicas como el hinduismo, el tercer ojo guardaría una correlación con el ajna, o el sexto chakra situado entre las dos cejas, en la hendidura de la frente. El concepto del tercer ojo está relacionado con la llamada glándula pineal y designa la entrada que conduciría a reinos interiores y a unos estados de consciencia superiores. Representa la percepción, la intuición y el conocimiento.



Nuestros dos ojos nos dan dimensión en el mundo normal; el tercer ojo nos daría visión de mayor  profundidad y dimensión de los mundos sutiles.

Su función es ver lo invisible y conocer lo desconocido. Es el centro de la intuición y de nuestra conexión directa con la fuente infinita de sabiduría.

Besar en el tercer ojo es una experiencia maravillosa que unifica a los seres que lo practican. Puede practicarse con tu pareja, con los hermanos, los hijos o hijas y con los amigos. Nos despierta sentimientos muy profundos y sanadores, es un método para curar viejas dolencias espirituales. 




La forma de practicarlo es tomando las manos de la persona que vas a besar en el entrecejo, viéndole a los ojos y mandándole bendiciones con la mirada, y luego de unos segundos tomar su cabeza con las dos manos, sobre las orejas y depositar el beso en el entrecejo, al besar cierra tus ojos y piensa en un triángulo con sus tres lados iguales, en el ángulo superior está Dios, y en los dos inferiores las dos personas que interactúan en esta bella demostración de amor. Con esto se unen las dos almas el Universo y se experimentan sensaciones de Amor, de Paz, de Armonía, de Bienestar y Seguridad.

Desde Objetivo Cambiar os recomendamos un libro excelente:
El “Tercer Ojo” (1956) el primero de los grandes éxitos de ventas de Lobsang Rampa. En el  libro explica sus experiencias mientras se criaba en un monasterio tibetano  a la edad de 7 años. El título del libro está tomado de una operación en la cual un tercer ojo es abierto en la frente del protagonista y autor, dándole el poder de la visión del Aura.



Sonríe y engaña a tu cerebro


A finales de la década de los años 80 se realizó un experimento muy interesante con pacientes maníaco depresivos. Este estudio consistió en lo siguiente:
En todas las paredes de los espacios comunes de la clínica en donde se encontraban recluidos los pacientes, se colocaron numerosos espejos. A todos estos pacientes les fue dada una simple instrucción:





Cada vez que te encuentres frente a tu reflejo, sonríe. No importa si te sientes como para hacerlo. Lo único que tienes que hacer es flexionar los músculos de tu rostro tal y como cuando uno se sonríe”.


Los resultados fueron sorprendentes. Al cabo de unas semanas, varios de los pacientes expresaron cambios claramente visibles en su estado de ánimo. La depresión parecía disolverse a medida que estas personas incorporaban el hábito de sonreír varias veces al día.


¿Por qué ocurría esto? ¿Cómo era posible tan extraordinario cambio?
Los músculos de nuestro rostro funcionan como una llave de paso, facilitando o disminuyendo el flujo de la sangre hacia la zona frontal de nuestro cerebro. Si las tensiones, penas y frustraciones se ven reflejadas en la rigidez de nuestro rostro, el flujo sanguíneo y los niveles de oxígeno que le llegan al cerebro se ven disminuidos.




Al provocar la sonrisa, los 32 músculos de tu cara bombean un mayor nivel de oxígeno a los lóbulos centrales lo que facilita la estimulación y secreción de endorfinas, hormonas neuronales que inducen estados de placer los cuales comienzan a contrarrestar los patrones de depresión, tristeza, apatía o rabia que están esentados en nuestro estado de ánimo.



Sencillo!!! Sonreir es un antidepresivo natural y gratuito. Sonreir tiene un maravilloso efecto secundario... Tu bienestar y el de los demás, pues otros te devolverán sus sonrisas al verte. Por tanto, la prescripción es simple: Ríete más a menudo. Cuando veas tu reflejo en un espejo, aunque  sea casual, sonríe!!! Verás como el efecto es inmediato... Tu cerebro entenderá: Estoy sonriendo, por tanto debo ser felíz....