Curando al niño herido que hay en tu interior



Muchos de nosotros tenemos aún un niño herido, viviendo en nuestro interior. Quizá las heridas nos las hayan producido nuestro padre o nuestra madre. O tal vez, a nuestro padre se las hirieran de niño. A nuestra madre también pueden haberla herido cuando era niña. Como no supieron curar las heridas de su infancia, nos las han transmitido.

Si nosotros no sabemos transformar y curar las heridas que hay en nosotros, las vamos a transmitir a nuestros hijos y nietos. Por eso, hemos de volver al niño herido que hay en nosotros y ayudarle a curarse, necesita nuestra atención.

Ese niño pequeño puede aflorar de las profundidades de nuestra conciencia y pedir nuestra atención. Si eres consciente, oirás su voz pidiendo ayuda. En ese momento, en lugar de contemplar un bello amanecer, vuelve a ti mismo y abraza tiernamente al niño herido que hay en ti. 

«Inspirando, vuelvo con el niño herido que hay en mí; espirando, cuidaré muy bien de mi niño herido».

Para cuidar de nosotros mismos, debemos volver y cuidar del niño herido que hay en nuestro interior. Debemos practicar cada día el volver a él. Debemos abrazarlo tiernamente, como si fueras un hermano o una hermana mayor. 

Debes hablarle o bien, puedes escribir una carta al niño pequeño que hay en ti, de dos o tres páginas, para decir que reconoces su presencia y que harás todo lo posible para curar sus heridas.

Debemos escucharlo. Y podemos curarlo ahora mismo.

«Mi querido niño herido, estoy aquí por ti, listo para escucharte. Por favor, cuéntame tu sufrimiento, muéstrame todo tu dolor. Estoy aquí, escuchándote de veras.» 

Y si sabes volver a él, escucharle cada día durante cinco o diez minutos, la curación tendrá lugar. 

Cuando subas una bella montaña, invita al niño que hay dentro de ti a subir contigo. Cuando contemples una hermosa puesta de Sol, invítale a disfrutarla contigo. Si lo haces durante algunas semanas o meses, el niño herido que hay en ti se curará. La plena conciencia es la energía que puede ayudarnos a hacerlo.


Fuente: Thich Nhat Hanh


COMPÁRTELO EN WHATSAPP CON LA GENTE QUE AMAS

No hay comentarios:

Publicar un comentario