Hasta
este instante tal vez para ti, el hecho de perdonar signifique
quedarte ahí parado/a sonriéndole a la persona que te lastimó,
sintiéndote vulnerable, sin la menor oportunidad de devolver el
golpe y creyéndote víctima del tiempo, de la vida o de Dios, porque
de manera injusta te obligaron a vivir experiencias dolorosas que no
merecías; tal vez en el fondo aún sigas pensando que perdonar a
quien te hizo daño le dará esa paz interior a la cual no tiene
derecho porque tú no la tuviste.
No creas que al escribir esto
ignoro los malos tratos que viviste en tu niñez; o que tal vez le
entregaste tu amor y tu vida a un hombre o a una mujer que no supo
valorarte; o que pese a que ya eres adulta(o) continúas viviendo con
esas personas que te hicieron daño sin que puedas visualizar un
camino a seguir. No lo paso por alto, precisamente por tenerlo en
cuenta me permito unirme a ti para que juntas(os) aprendamos a dejar
en el tiempo aquello que tanto nos lastimó y que aparentemente es
difícil alejar de nuestro presente.
¿Qué tal si te propongo que no
usemos la palabra perdonar en este artículo? Asumiré que aceptaste.
Entonces en este artículo hablaremos sobre lo importante que puede
ser para ti la palabra liberar. No escribiré sobre los beneficios a
nivel físico y emocional que el acto de liberar conlleva porque eso
tú lo sabes muy bien; lo que sucede es que a un nivel inconsciente
no deseas sanar porque esa es la única manera que te queda para que
esa otra persona "te pague lo que te debe"; entonces sabes
perfectamente a qué me refiero cuando digo que no citaré aquí el
sinfín de beneficios que obtendrías liberando a esa persona.
Pienso
que será más sencillo para todos los que estamos en esta tarea de
liberar, el saber que no es tan complicado como nos parece; lo que lo
hace difícil es que estamos acumulando todos los días, cada mañana,
cada instante, muchos años de maltrato y que generalmente cuando nos
levantamos pensamos en lo dura que ha sido nuestra vida al lado de
esa persona, en lo tremendamente injusto que fue sufrir desde que
éramos niñas/os; pensamos en que no hay una sola razón para
comprender la falta de amor de nuestra madre, la violencia física o
verbal de nuestra pareja así como de nuestro padre, el abuso de
nuestro jefe en el trabajo.
Cuando nos levantamos esta mañana
pensamos que este sería otro día para vivir con ese recuerdo a
cuestas, con la transmisión interminable de la misma película una y
otra vez en nuestra mente, con los mismos diálogos, personas,
hechos, situaciones, todo! La mayoría del tiempo estamos haciendo
esto sin darnos cuenta. Es automático. La mayoría del tiempo
estamos ‘castigando’ a nuestro agresor con un corazón lleno de
dolor, con una vida que no puede entregar la paz interior que
desconoce y con un resultado que afecta a otros seres queridos que
comienzan a ser nuestras víctimas para que así no se rompa la
cadena y terminemos culpando a Dios por “hacer su voluntad”. No
obstante hay una solución que termina con ese lazo que rodea a
nuestros niños! Hay una manera por medio de la cual podemos comenzar
a liberar.
Este es el momento. Atención mi estimada/o lector/a que aquí te va la segunda propuesta: Qué tal si a partir de mañana
dejas en el tiempo ese resentimiento y te dices… "sólo por hoy
libero a todas las personas que me han hecho daño o que pretenden
hacerlo, sólo por hoy soy feliz, me amo". Crees que puedes
hacerlo? O tu odio es tan grande que rechazas tajantemente esta idea?
Yo sé que alguna parte de ti se estremece y duda con lo que lee
aquí, y es porque precisamente trato de llegar hasta donde están
tus resistencias para que puedas vencerlas.
Se trata de amarte
solamente por hoy. Promételo ante el espejo; yo sé que te cuesta
mucho trabajo, pero tú puedes lograrlo, ahora no necesitas llevar
esa carga contigo. Si la idea reaparece en el del día entonces
piensa que tienes un pacto contigo y que es sólo por hoy. Olvida el
ayer, olvida el mañana. Este pacto no significa cercanía con esa
persona, ese pacto no significa que debas volver a verla o ir con
ella para arreglar las cosas, no significa que tengas que agachar la
cabeza, exponerte o ser amigo/a de ese ser humano. Liberar a esa
persona solamente por hoy, tiene que ver nada más contigo, tiene que
ver con el amor que empezarás a sentir por ti.
Muchas mujeres
maltratadas por sus parejas confunden estas ideas y creen tener el
compromiso de regresar a vivir con ellas, solamente porque las
liberaron y no es así necesariamente. Si tú sientes la necesidad de
estar cerca de esa persona nuevamente pues adelante! Eso en ese
instante será perfecto para ti, va de acuerdo con un deseo expresado
por tu alma; no obstante esto no siempre sucede. Generalmente
necesitamos tiempo, estar lejos, sanar, necesitamos comenzar a
escuchar el corazón. No te culpes si no deseas volver a ver a esa
persona, es un proceso natural que debe suceder.
Liberas a alguien
cuando le permites ser quien es, independientemente de si estás
cerca o no; liberas a alguien cuando sacas esa energía negativa de
tu corazón y aprendes a vivir tu vida en función tuya, no de ese
ser. Liberas cuando dejas de ser víctima porque conoces cómo va la
vida y sabes que de algún modo tu elegiste esa manera de vivir; si
es difícil para ti digerir este concepto entonces todavía no estás
preparada(o) para tomar tu poder. La única forma de que seas
poderosa(o) es haciéndote responsable de cada evento que tenga lugar
en tu vida; de lo contrario serás siempre algo así como una hoja
seca que el viento lleva de un lugar a otro sin que cuente su
voluntad.
La única manera de que reclames tu poder es aceptando el
dolor temporal que significa ser responsable de cada evento que te
ocurre. Muchas personas sienten miedo de liberar porque no desean la
cercanía de quien las maltrató; tú ahora sabes que sólo debes
cortar el lazo.
Cuando tengas un tiempo libre recuéstate donde nadie
pueda molestarte e imagina a esa persona como un enorme globo negro
unido a ti por medio de un cordón delgado que llega a la coronilla
de tu cabeza y cuando estés preparada toma unas tijeras y córtalo
para luego observar cómo se aleja en el espacio hasta que lo pierdes
de vista. Amate todo el tiempo, nada más tienes que decirte en voz
baja: Lo siento, Te amo (haciendo referencia a tu divinidad). Verás
resultados en poco tiempo si lo dices con el corazón.
ORACIÓN DE SANACIÓN DEL ALMA:
Gratitud Infinita por la Fuente y la Autora de la nota: Vivi Cervera
No hay comentarios:
Publicar un comentario