La importancia de observar objetivamente tus pensamientos no puede ser enfatizada lo suficiente.
Es fácil caer en los patrones de pensamiento que pueden dificultarnos el logro de nuestros deseos.
Entonces se hace fácil culpar a otros o atribuir nuestras frustraciones a causas secundarias.
Siendo una persona bastante impaciente, por lo general estoy ansioso por llegar a casa después del trabajo y en particular me desagrada tener que hacer cola.
Empecé a darme cuenta que no importa qué hora elija para comprar algunos artículos en el supermercado, encontraría problemas al pasar por caja, como las comprobaciones de precios , personas mayores que tienen problemas para agilizar su compra, y otros varios tipos de retrasos.
Me encontré temiendo estas ocasiones, y quería hacer algo sobre estas situaciones molestas.
Cuando empecé a observar mis
pensamientos encontré que, mientras hacía cola, me decía a mí mismo, “Siempre tengo
que esperar”.
Entonces me di cuenta de que esas declaraciones hechas una y otra vez habían creado lo que yo no quería experimentar.
De manera consciente cambié esa declaración por: “No importa cuándo me detengo en el supermercado, nunca tengo que
esperar”.
Por supuesto, esa nueva declaración ha funcionado tan bien como la negativa.
A medida que empieces a observar tus pensamientos, no te desanimes si encuentras que tus conversaciones internas no armonizan con la forma en que deberías sentirte si hubieras logrado tu meta.
En primer lugar debes tomar conciencia de lo que estás haciendo con tu poder creativo antes de que puedas empezar a cambiarlas.
A medida que empieces a observar tus pensamientos, no podrás evitar darte cuenta de que solamente tú eres la causa de todo lo que llega a tu mundo. Sólo tú puedes cambiarlo.

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